Normalmente, cuando vemos una figura, independientemente de su escala, lo primero en lo que se fija nuestra mirada es en la cara: es el foco a partir del cual se va repasando la figura completa, sus detalles, uniforme, accesorios… pero siempre, o casi siempre, partimos de la visión de la cara y de lo que nos transmite para interpretar el resto de la figura.

Esta importancia crece según lo hace la escala de la figura, llegando a escalas consideradas “grandes”, como pueden ser los bustos de 1/10 o 1/10 (o incluso mayores), en los que la cara cobra aún más relevancia y en que sus detalles son mucho más visibles y también nos da la posibilidad de un trabajo más preciso y detallista, dando un acabado mucho más realista a la figura.

Técnicas hay muchas, como también herramientas y pinturas, pero sin ser exhaustivo, en esta entrada del blog me gustaría reflejar los que, para mi, son los tres puntos más importantes a la hora de pintar caras realistas, más allá de si usa pintura acrílica, óleos, tintas, etc.

 

El color

Primer punto y creo que el más importante. Preparar la paleta completa con la que vamos a pintar la cara según nuestra visión de la figura, ambiente en le que vaya a estar o sensaciones que queremos transmitir. Esto nos ayudará a ver cómo funcionan los tonos elegidos de las sombras con los tonos medios y las luces, ver si tenemos suficiente contraste, si necesitamos reforzar algún tono como pueden ser tonos rojos o violetas para dar profundidad, etc.

Paletas para retratos hay muchas, como la paleta de Zorn u otras clásicas. Personalmente, y esta es mi preferencia, los colores que nunca deberían faltar a la hora de preparar nuestra paleta para pintar una cara son: un tono tierra rojiza (como el siena tostada o el terra rosa), un tono amarillo ocre, azul o magenta (que nos aportará profundidad en las sombras) y blanco, que nos ayudará no sólo a crear las luces sino también a desatorar los tonos anteriores, aspecto que ayuda a ganar en realismo.  A partir de ahí las posibilidades son infinitas y se irán añadiendo diferentes colores según las necesidades concretas de la figura (rojos para veladuras y aportar calidad, grises para la sombra de la barba, etc)

Iluminación y volúmenes

Una correcta iluminación, ya sea cenital, focal o como queramos, es esencial. No es importante elegir una u otra pero sí lo es que una vez que decidamos una, aplicar las luces y las sombras en las zonas correctas. Un ejercicio previo con una linterna o un foco apuntando en la dirección deseada, nos puede ayudar para ver qué zonas estarán más iluminadas y cuales más en sombra.

A partir de ahí, personalmente, es importante empezar a pintar primero los volúmenes más grandes (frente, nariz, pómulos, barbilla etc), marcar bien todas las zonas de luz y sombras para posteriormente ir reduciendo la zona de aplicación para ir trabajando los detalles y las zonas más pequeñas (aletas de la nariz, ojeras, arrugas…). Con este sistema nos aseguramos que estaremos trabajando los detalles más pequeños dentro de un esquema de iluminación correcto previamente establecido.

 

Textura de la piel y transiciones de color

La piel no es lisa, tiene imperfecciones, arrugas, rugosidades, etc y cuando aumentamos la escala de nuestro modelo, estos detalles necesitan ser pintados para conseguir un resultado realista. Por un lado, tenemos que prestar atención a los pequeños detalles, como las arrugas del lateral de los ojos o de la frente, trabajándolos por separado y de forma muy detallista, consiguiendo remarcarlos y que destaquen en la medida que nos propongamos. También tenemos textura en los pómulos o en la nariz, que normalmente tienen poros, los cuales pueden ser imitados con técnicas como el punteado. La atención a esos detalles son los que le darán un plus de realismo a nuestras figuras.

Por otro lado, si bien tenemos que marcar bien esos detalles, consiguiendo buenos contrastes para que destaquen, etc, también tenemos que cuidar que las transiciones entre los distintos colores sea sutil, suave y esconder cualquier rastro de pincelada. En este punto quiero destacar que esta es una opción personal, mi estilo, ya que hay grandísimos artistas que prefieren buscar otro tipo “acabados” en sus caras consiguiendo igualmente resultados realistas e impactantes.

Estos son, para mi, los 3 puntos principales sobre los que empezar a trabajar para pintar caras realistas. Dentro de los muchos aspectos adicionales que seguro que tendrían cabida en este post (como puede ser la pintura de los ojos y otros muy importantes también), hay uno en especial que he dejado para el final y no es otro que la PRÁCTICA: cuanto más se practique y nos equivoquemos, mejores resultados obtendremos con el tiempo. Así es que… ¡a pintar!

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